Una API (siglas de ‘Interfaz de programación de aplicaciones’) permite que distintos sistemas dialoguen entre sí de manera automática . Y abre la oportunidad para que dos o más recursos se conviertan en uno mismo, en un caso, en el caso del mundo financiero, en la vida de cualquier usuario o empresa.
A ver, pensemos en ejemplos que pueden ser útiles: si todos los bancos liberan sus APIs, podrían generar una comunidad de desarrolladores que puedan acompañar y mejorar sus soluciones, generando, sobre todo, beneficios en el usuario final. Solo a modo ilustrativo: si todos los bancos lo hicieran, podrían nacer en casa banca que integrara todos los bancos en un solo lugar , en el que se pueda interactuar de allí con cada una de las cuentas, sin importar qué tipo de institución financiera se trata . Todo en un mismo ambiente, sin tener que ir a cada una de las aplicaciones ni sitios web.
Parece ciencia ficción o futurismo, pero no lo es. En Inglaterra, los bancos están obligados a disponibilizar las APIs a las empresas que requieren ciertos servicios, solo por poner un ejemplo.
Aquí, en Argentina, Bind Banco Industrial comenzó a dar los primeros pasos con la plataforma para trabajar en colaboración con organizaciones, empresas, empresas y nuevas empresas: ApiBank
En el mundo de la tecnología, esto se vuelve cada vez más interesante. Permite que en una plataforma puedan trabajar colaborativamente organizaciones, desarrolladores y startups. Gracias a esta unión, las empresas del futuro servirán también. Veamos otro ejemplo: a partir de las APIs, un software ideal para empresas grandes con mucho pago a proveedores. Es decir, aquí el ERP dialogaría directamente con el banco y realizaría las acreditaciones.
Lo mismo sucede con, por ejemplo, conciliaciones bancarias, donde las APIs automáticamente permitirían confrontar los valores económicos que una empresa tiene sus cuentas en una cuenta, ya sea corriente o de ahorro, con sus movimientos bancarios. O con los flamantes Pagos DEBIN , donde el sistema mismo dice “a buscar” pagos de terceros.
Con las APIs, las entidades financieras logran “enchufar” los distintos servicios para facilitar un proceso que antes requieran la interacción humana para cada paso, como en el caso de las transferencias. Por eso, estas interfaces son el futuro de los servicios financieros.