Existen tantas concepciones acerca de lo que es la Bolsa de Valores como ahorristas e inversores hay en el mundo. En los extremos, unos se quedan con la idea de que es pura timba y otros la ven como una fuente de ingresos pasivos y de rentabilidades que no se consiguen en ningún otro lado. Entonces. ¿Qué es la Bolsa, perdición o salvación? La respuesta es: las dos cosas.
El mercado de capitales nos ofrece una multiplicidad de usos a medida de nuestros gustos: si buscamos “guita” rápido, sin importar los riesgos, puede convertirse en una ruleta mucho más atractiva que la del casino. Si somos más conservadores y apostamos a inversiones de largo plazo, puede convertirse en un ámbito ideal para generar un ingreso permanente en el tiempo.
Tip 1: 80/20 entre flujo y capital
Cuando hablamos de Bolsa, no nos referimos únicamente al mundo de las acciones (renta variable). Hablamos también de bonos y acciones preferidas o preferentes (renta fija).
No suelen ser los más populares entre los “bolseros”. Muchos suelen perderse en el mar de las acciones y buscar con ansiedad ese papel que los haga ganar mucho dinero, con el sueño de contárselo al resto antes que de disfrutarlo. Incluso hay quienes prefieren invertir durante breves lapsos en productos bursátiles que duplican o triplican el rendimiento de un grupo de empresas o un commodity, pero los riesgos en ese caso son altísimos, así como los costos de comisión.
En esta columna no estamos buscando ese tipo de apuestas (son realmente apuestas) sino esos activos que para los amantes de la adrenalina financiera no son más que carretas de marcha lenta y monótona. ¿Pero saben qué? Esas carretas son las únicas que nos llevan adonde queremos ir, así que mejor aprendemos cómo funcionan.
Los bonos y acciones preferidas poseen una fecha de inicio y otra de finalización (a no ser que se trate de acciones perpetuas), y el pago de los cupones o dividendos es conocido de antemano por el inversor, tanto en monto como en fecha. Por último, salvo excepciones, los precios son menos volátiles que los de las acciones comunes. Esto quiere decir que las cotizaciones de los bonos son más estables.
Por todo esto, el inversor que esté buscando una renta en forma de ingresos pasivos debería otorgarle una alta participación a este tipo de instrumentos en su portafolio. Como mínimo, hablamos de un 80% de renta fija frente a un 20% de renta variable.
Cuando el mercado esté en modo alcista, rápido y furioso, el inversor sentirá que está yendo en una carreta mientras el resto se desplaza en un Bugatti Veyron Super Sport (431 km/h). Pero como la Bolsa es, al igual que la economía, marcadamente cíclica, y el capitalismo necesita de crisis recurrentes para reinventarse, a la hora de las caídas abruptas este inversor cauteloso se sentirá andando a buen ritmo mientras el resto se estrella contra el guardarraíl de la primera curva pronunciada.
La ponderación 80/20 en tu portafolio echa por tierra la utopía de volverte millonario de la noche a la mañana, pero te garantiza un crecimiento paulatino y casi constante de tu patrimonio en el largo plazo.
Tip 2: Aprender a diversificar más allá de las convenciones
La trillada frase “no hay que poner todos los huevos en la misma canasta” poco y nada nos dice acerca de cómo debería ser llevada adelante la estrategia de diversificación de inversiones. En consecuencia, te ofrecemos estas reglas claras y concisas:
1) 20% tope de industria: No tener más de un 20% de nuestra inversión total en una misma industria. Por ejemplo, si destinamos un 20% de nuestro dinero a bonos de deuda de Coca-Cola, invertir otro 10% en bonos de Pepsi Co significaría agregarle más riesgo similar a nuestra cartera. Lo mismo aplica para cualquier otro tipo de industria. Siguiendo esta regla, tendremos al menos cinco industrias distintas en nuestro portafolio de inversiones, como ser los siguientes sectores: financiero, consumo masivo, laboratorios, tecnología y construcción.
2) 10% de tope por activo: No invertir más del 10% en un mismo activo, sin importar cuánto nos obnubile. Esta regla nos obliga a tener al menos 10 activos distintos en la cartera de inversiones.
Aclaración: el mandamiento aplica tanto para renta fija como para renta variable en forma conjunta. Por ejemplo: si tengo bonos de una empresa aeronáutica y luego quiero comprar acciones de otra empresa del mismo sector, debo saber que no conviene superar entre ambas el tope del 20% fijado para cada industria.
Tip 3: Resistir las presiones de trading
Los medios especializados querrán generar más clics para facturar más por publicidad. En consecuencia, publicarán noticias sensacionalistas que te harán creer que todo se va al demonio y tenés que vender o que la suba del mercado se puede acelerar y es tu última oportunidad de comprar. Al mismo tiempo, tu ejecutivo de cuenta te incitará a operar, pero no explícitamente sino de manera subrepticia, dado que su ganancia estará en las comisiones que generan tus operaciones de compraventa, no cuánto ganes o pierdas con cada operación.
Por otra parte, tus amigos y conocidos que también invierten te contarán sus grandes aciertos, pero no sus pifies, generando en vos la falsa idea de que cuanto más activo estés, más ganancias obtendrás. De lo contrario, estarás desaprovechando oportunidades de ganar mucho dinero.
En el medio de este mundo neurótico estás vos con tus ahorros. En ese momento deberás recordar que tus intereses son distintos a los de esta gente. Totalmente distintos.
Estoy en el mercado bursátil desde hace 25 años y, si me preguntan cuál es la lección más importante que aprendí, pronunciaré la siguiente: obtener ganancias en la Bolsa con inversiones de corto plazo es diez veces más difícil que lograr una buena cosecha en el largo.
Tomar una posición y respetarla más allá de los vaivenes del mercado y de las presiones de amigos, medios de comunicación y supuestos expertos es el principal desafío de toda persona que realmente desee tener éxito en su vida financiera.
Por: Nicolás Litvinoff