¿Banking as a Service o Finanzas Embebidas?

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Los conceptos de Banking as a Service y Finanzas Embebidas  vienen pisando fuerte los últimos meses en el ecosistema financiero.  Estas soluciones están generalmente  orientadas a empresas que no son entidades financieras, pero cuentan con una gran comunidad de clientes a quienes quieren brindarles servicios financieros.

En un modelo de Banking as a Service, podemos decir de una forma gráfica que la entidad financiera disponibiliza una “caja de herramientas” para que la empresa o comunidad pueda diseñar la experiencia vinculada con el otorgamiento de un producto financiero a sus usuarios finales. 

Por otro lado, en un modelo de  Finanzas Embebidas, la entidad financiera brinda el producto y la experiencia de otorgamiento prácticamente “empaquetada” para ser embebida en la comunidad.

Similitudes y diferencias

Ambos modelos proveen activos tecnológicos específicos ready to use,  disponibilizados a través de APIs para permitir un apalancamiento que favorezca un rápido time-to-market. Estas tecnologías permiten a la empresa que administra la comunidad acelerar los tiempos de implementación, reduciendo al mismo momento la complejidad y riesgos vinculados. Esto deriva en una menor barrera de entrada para el ofrecimiento de productos financieros en comunidades. 

Con respecto a las diferencias, el Banking as a Service otorga a la empresa que administra la comunidad una mayor flexibilidad a la hora de definir la experiencia de usuario vinculada con el otorgamiento del producto financiero, pero al mismo tiempo la implementación es más compleja e involucra un conjunto de riesgos operativos y de compliance mayores. Como consecuencia de esto, el modelo Banking as a Service requiere de un mayor know how y expertise en lo que hace a operación, compliance y comercialización de productos financieros, y por ende, suele ser, a su vez, más costoso. 

Las Finanzas Embebidas, al brindar un servicio más  “llave en mano” involucran menos riesgos y menores costos operativos, pero es una opción más standard y con menor flexibilidad para la personalización, ya que, como vimos anteriormente, la experiencia ya viene provista de manera “empaquetada” por parte de la entidad financiera para ser embebida de una forma pre-establecida.

Factor clave: la tecnología

El rol de la tecnología resulta fundamental siendo, para ambos modelos, un factor determinante a la hora de viabilizar el negocio, reducir las barreras de entrada, disminuir los riesgos operativos y mejorar la experiencia del cliente final. No obstante, es importante destacar, que la tecnología en cuestión debe ser tecnología específica que tenga embebidas experiencias concretas y altamente refinadas de negocio, operativas, de compliance y de riesgo para el producto financiero , de manera de lograr un modelo que maximice la conversión con un CAC controlado y dentro de un marco de cumplimiento.