Huella digital: Qué pasa con los datos personales

Huella digital: Qué pasa con los datos personales 1024 640 Poincenot
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Los usuarios financieros suelen ser celosos de sus datos personales. Pero la idea de privacidad de estos ha ido mutando en los últimos años, hasta prácticamente diluirse. 

Si bien la mayoría de las personas que trabaja, navega en internet, se comunica mediante aplicaciones y hace sus compras en plataformas de ecommerce tiene la ilusión de que elige como administrar la privacidad de estos datos, en la práctica en cada uno de estos movimientos va dejando “huellas” o “semillas” que si se juntan permiten elaborar un perfil bastante certero de cada uno. 

Qué datos componen la huella digital

La llamada  “huella digital en internet” está compuesta por un  lado por los datos que son públicos, como el DNI, el CUIT o CUIL, los domicilios declarados en las facturas de servicios, los resúmenes de las tarjetas de crédito, los sorteos, las resoluciones judiciales. Son datos que se ceden voluntariamente y aunque los usuarios tengan conciencia de esto, muchas veces se olvidan de que están disponibles a un click de distancia. 

A estos se les suman los datos generados por cada uno en sus posteos en las redes, los formularios comentados, los likes en fotos, los perfiles en distintas redes sociales. También dejan huellas los datos que publican terceros en las fotos y videos que suben amigos, clubes, lugares de trabajo o cualquier espacio de pertenencia en las redes. 

Cada vez que se hace un click en algún sitio, el usuario comienza a dejar su huella digital. 

Son estas huellas las que alimentan a los algoritmos que pueden predecir qué música se quiere escuchar, qué películas o series se pueden disfrutar o qué personas pueden resultar más interesantes para salir en una cita.

La tecnología para crear perfiles de los usuarios de internet se ha vuelto cada vez más sofisticada. Pocos usuarios se dan cuenta del valor de sus huellas digitales, que son procesadas por personas y por robots e inteligencias artificiales que forman parte del complejo sistema donde se comparten y monetizan los datos: el 75 % de los sitios web más populares del mundo usan herramientas de rastreo.

El reinado de las cookies

Los datos se recopilan a través de las “cookies”. Las “cookies” son una cadena de letras y números, sin ningún significado intrínseco, que un sitio web envía a su navegador web. Esta información permite a los proveedores de servicios de internet vincular todas las acciones realizadas por un usuario y convertirlas en un hilo conectado.

Tener una huella digital no es negativo, sólo que los usuarios deben conocer que cada paso que dan en el mundo online deja huellas y elegir cómo administrarlas.