El fraude financiero representa una amenaza considerable para las organizaciones de todos los tamaños y sectores, ocasionandoles pérdidas monetarias directas e indirectas. Un estudio realizado por Forrester Consulting revela que en América Latina, las instituciones financieras asumen un costo total por fraude 3,9 veces mayor al valor del fraude cometido.
La digitalización, el caldo de cultivo para nuevas modalidades de fraude
La digitalización del sistema financiero ha creado nuevas oportunidades para el fraude. Actualmente, en la región, los canales digitales representan el 51% de las pérdidas totales por fraude, siendo los pagos con QR, las criptomonedas y las billeteras digitales los métodos más utilizados (38%). Las estafas y el fraude en billeteras digitales experimentaron el mayor crecimiento en los últimos 12 meses, con un 70% de las instituciones financieras reportando un aumento en este tipo de fraude dado que son el tipo de plataformas con mayor crecimiento y en muchos casos la seguridad no es tan prioritaria como la experiencia de cliente.
Si bien las instituciones financieras asumen un costo de 3,9 veces el valor nominal perdido, incluyendo gastos relacionados a la investigación y multas, el principal impacto reside en la erosión de la confianza del cliente respecto de la organización, la cual puede traducirse en la pérdida de clientes potenciales y una menor conversión.
Principales desafíos en la lucha contra el fraude y estrategias para combatirlo
Las organizaciones enfrentan diversos desafíos en la lucha contra el fraude, entre los que destaca:
- Dificultad para diferenciar transacciones legítimas de transacciones fraudulentas: la dificultad para distinguir entre transacciones humanas lícitas y aquellas maliciosas realizadas por un bot puede representar un gran desafío para las organizaciones.
- Verificación de identidad y datos del cliente: la verificación de direcciones, mails o identidad de los clientes es indispensable para combatir el fraude.
- Estafas: estafadores que se hacen pasar por autoridades o figuras de confianza para obtener información o hacer que el usuario realice acciones por su cuenta. Siendo este tipo de fraude uno de los más complejos de mitigar debido a que no existe vulneración de un sistema.
Para combatir el fraude de manera efectiva, y hacer frente a prácticas cada vez más creativas de los estafadores, las organizaciones deben implementar estrategias integrales que aborden el ciclo de vida completo del cliente, desde la creación de la cuenta y el inicio de cada sesión, hasta la realización de transacciones, logrando encontrar un equilibrio entre los controles realizados y la experiencia del usuario, evitando frustraciones en la experiencia generadas por largos procesos de verificación que lleven a los usuarios a abandonar las operaciones sin finalizarlas.
Algunas de las estrategias que las organizaciones deben considerar son:
- Implementación de soluciones tecnológicas: como la validación de identidad, la autenticación del usuario y la verificación de transacciones.
- Combinación de un Enfoque Basado en Riesgos (EBR) y en Datos: utilizando tecnología que permita analizar datos e identificar patrones y anomalías en el comportamiento del cliente, considerando para esto su nivel de riesgo buscando evitar fricciones en la experiencia del usuario.
- Equilibrio entre prevención del fraude y experiencia del cliente: apoyandose en tecnología que le permita ofrecer procesos de onboarding fluidos pero seguros y ejecución de transacciones sencillas pero monitoreadas.
- Actualización constante de protocolos y herramientas de seguridad: Actualizar periódicamente los protocolos y herramientas de seguridad para mitigar las nuevas amenazas.
- Aprovechamiento de las nuevas tecnologías: como modelos algoritmos de inteligencia artificial (IA) que permitan mejorar la gestión del fraude.
Si bien el fraude financiero representa un desafío constante para las organizaciones, la implementación de estrategias integrales que combinen soluciones tecnológicas, análisis de datos y un enfoque centrado en el cliente, puede ayudar a mitigar significativamente los riesgos asociados al fraude y proteger la reputación de las organizaciones.
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Fuente: https://www.fintechnexus.com “Estudio del verdadero costo del fraude en América Latina”