El crecimiento de los negocios financieros digitales, especialmente durante y post pandemia, le otorgó mayor relevancia a la figura del Compliance officer. Este rol ahora no solo se ocupa de velar por el “cumplimiento normativo”, sino que también está cada vez más enfocado en tareas de prevención de lavado de activos y fraude, con el objetivo de que las empresas pierdan la menor cantidad de dinero por estas razones.
Aumento y constantes cambios en la regulación
El principal desafío que enfrentan las áreas de Compliance en general y los Compliance Officers en particular, es atender a la mayor carga regulatoria y asegurar una correcta adecuación de la operatoria de la Organización en base a los constantes cambios regulatorios. Este impacto de la regulación se puede apreciar principalmente en los sectores altamente regulados, como sucede con el sector financiero. Allí, las áreas de Compliance deben garantizar que el funcionamiento de la organización se encuentre alineado con los estándares impuestos, los cuales a su vez tienden a modificarse (y sobre todo incrementarse) año a año.
Eficiencia de costos
Los responsables de las áreas de Compliance también deben enfocarse en lograr eficiencia de costos para la proyección y desarrollo de las tareas y funciones asociadas. Esto último, en un contexto donde se imponen cada vez mayores requisitos de cumplimiento regulatorio, puede resultar por demás desafiante.
Implementación de herramientas tecnológicas
Asociado con la mayor carga regulatoria y la necesidad de lograr eficiencia de costos, será fundamental que las áreas de Compliance que aún no lo han hecho, comiencen a explorar las diversas herramientas tecnológicas que pueden ayudar a superar tales desafíos. Es allí donde las soluciones RegTech pueden sumar gran valor, optimizando procesos y permitiendo automatizar las tareas netamente administrativas, reiterativas y de escaso valor agregado, en pos de priorizar aquellas tareas o funciones que sean de mayor valor para la organización.
En este aspecto, la utilización de soluciones basadas en Inteligencia Artificial y Machine Learning será clave, y cada vez más necesaria. Por ende, los Compliance Officers también se verán ante la necesidad de capacitarse para ponderar -al menos a alto nivel- su potencial, beneficios e implicancias.
Procesamiento de grandes volúmenes de datos
El procesamiento de los datos y poder garantizar su privacidad, siempre implicó un desafío para las áreas de Compliance. No obstante, en los últimos años el principal reto se vincula con la magnitud de información que se debe procesar al mismo tiempo. ¿Cómo consolidar esa información? ¿Cómo identificar qué datos son útiles y cuáles no? ¿La información que obtengo es de calidad? ¿Cómo optimizo su procesamiento? Son algunos de los tantos interrogantes que se plantean en el contexto actual, y para los cuales, nuevamente, la tecnología puede convertirse en un gran aliado.
De un modelo reactivo a otro proactivo
Otro de los desafíos que pueden vislumbrarse es el traspaso o evolución de un modelo de gestión reactivo a uno proactivo, donde los Compliance Officers asuman un rol más protagónico y una participación activa en la gestión y proyección de la organización, ponderando los riesgos y las implicancias regulatorias de cada acción, previniendo de esa manera posibles consecuencias disvaliosas.
Ciberseguridad
Si bien las áreas de Compliance y de Seguridad Informática son, sin dudas, independientes y, al menos preliminarmente no precisarían tener una conexión directa, es evidente que cada vez resulta más importante que trabajen de forma coordinada, participando proactivamente en el diseño de un ambiente de control que responda a las necesidades propias del negocio y de la organización. Dicha sinergia resulta prioritaria, si consideramos el aumento de los ciberdelitos evidenciado desde la pandemia, que pueden impactar negativamente en una organización, no sólo a nivel económico, sino también operativo (atentando contra la continuidad de los negocios) y hasta reputacional. Por supuesto, este desafío impactará en mayor o menor medida según el sector o industria de que se trate, siendo los servicios financieros digitales uno de los más afectados en los últimos tiempos.
Gobierno corporativo sostenible
Los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) son cada vez más importantes para las organizaciones y, dentro de estas, para las áreas de Compliance. Es evidente que los Compliance Officers expanden constantemente su ámbito de actuación, y junto con esa expansión llegan nuevos desafíos. Un ejemplo de esto es la evolución que se registró últimamente en los aspectos ESG, en el marco de los cuales las ganancias de una organización ya no se estiman solamente en términos económicos, sino también en base al valor que pueden sumar en la dimensión social, ambiental y de gobernanza en general.