El avance de la digitalización está modificando el mercado financiero y produciendo nuevos recursos para llegar más y mejor a un público más activo.
El término embedded finance o finanzas embebidas empieza a ser cada vez más recurrente en Latinoamérica. En tiempos en que la digitalización de las finanzas es un proceso que no solo dejó de ser un paso necesario, sino un avance fundamental en las industrias tradicionales, este término se vuelve indispensable para conocer el rumbo a seguir.
Las finanzas embebidas permiten a cualquier empresa, sea o no financiera, incorporar servicios y productos bancarios, directamente a sus canales digitales. De esta manera, se vuelve un valor agregado fundamental en su oferta, en tiempos en que la tecnología de blockchain parece estar a la vuelta de la esquina.
Las finanzas embebidas se presentan como una oportunidad única. La clave, quizás resida, en que pueden simplificar el acceso a los diversos productos financieros y, de esta manera, simplificar la experiencia de usuario, a un público que prefiere interactuar con comunidades y marcas, antes que con la banca tradicional.
Crecimiento propio
Un dato relevante es que cualquier empresa puede incorporar soluciones bancarias a sus servicios, sin necesidad de ser un agente regulado. Es decir, que las entidades financieras ya no son las únicas que van a comercializar este tipo de productos, sino que, por medio de las finanzas embebidas, las compañías y comunidades de distintos sectores van a poder satisfacer las necesidades financieras de sus clientes.
Las aplicaciones de las finanzas embebidas son infinitas y también sus posibilidades de transformar la relación con los usuarios en empresas de diferentes verticales. Además, el conocimiento del negocio permite a las compañías diseñar servicios financieros a medida de sus clientes.
Mientras que la industria automotriz puede ofrecer financiamiento o la venta de un seguro en el momento en que una persona compra un auto, los comerciantes tienen la posibilidad de potenciar su negocio incorporando wallets, botones de pago, incluso, ofreciendo créditos a sus clientes a través de la alianza con un banco que gestione los fondos.
Desde el punto de vista de los usuarios, las finanzas embebidas no solo le aportan valor agregado, sino que facilitan la posibilidad de resolver todo en un mismo lugar, de manera sencilla y ágil. Así, desde una misma plataforma, se puede realizar un pago, acceder a un crédito, hacer una inversión o comprar un seguro.
Seis tendencias para tener en cuenta
Según el informe realizado por McKinsey and Company, en las finanzas embebidas y en la banca vista como servicio, se pueden apreciar cinco tendencias que los usuarios están adoptando y se verán reflejadas en los próximos meses:
- La demanda del consumidor de experiencias integradas: se trata de una de las principales tendencias, donde el consumidor busca cada vez más una experiencia simple, directa y con la mayor integración de los diferentes productos ofertados.
- Demanda de nuevas fintech: las empresas tecnológicas buscan cada vez menos soluciones en los bancos y se apoyan en sus partners tecnológicos.
- Amplitud de nuevos servicios: las nuevas tendencias regulatorias y el open banking promocionan el crecimiento de las APIS y el acceso universal a estos servicios.
- Búsqueda de nuevos modelos de ingresos: las entidades financieras tradicionales están buscando nuevas alternativas para hacer atractivos sus productos, y hacen hincapié en soluciones de modelos escalables.
- Adopción de la nueva tecnología de manera más rentable: con la digitalización acelerada, las entidades financieras buscan ampliar sus horizontes utilizando finanzas embebidas y para poder implementarlo hacen especial hincapié en los Ingenieros de Software como una parte fundamental de su organización como modo de hacer frente a la competencia, y simplificar la experiencia del usuario.